Y sigue con sus enojos, sus entierros de sentimientos que (muy de vez en cuando) resucitan. Sigue con sus chistes malos, con ganas de morirse. Sigue quejándose. Sigue ... Sigue. Eso es lo bueno, que sigue tal como está, capaz un poco más maduro, un poco más grande. Pero todavía le da pelea a la batalla que tiene que ganar. No se da por vencido. Sigue.
15 ene 2010
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