5 feb 2010


Ayer volví, después de tantos años, al río.
El agua, las piedras, los árboles, el viento, son los mismos.

Yo ya no soy el mismo.

Ya no me pregunto cómo será mi destino.

Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no es más que eso: asomar la cabeza
y ver que pasa afuera, aunque haya tormenta. Y una Suite de Bach -

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