4 may 2009


Y hoy mi comida se quemó. Culpa de aquel pensamiento que brotó en mi cabeza, culpa de mi sentimiento de ida y vuelta, culpa de ese vacío que hay en mí que sólo se llena con lo que no está, con lo que no se vé. Pero no hace que no sirva, mi comida está pero falta el acompañante de la mesa, de esa mesa rectangular, de madera, larga, y que en la esquina nadie se sienta; no se si será por respeto a el dueño de ese lugar, o por otro sentimiento; no se si será porque él  no está, se fue.                                 Y hoy, hoy recopilo recuerdos, momentos, todos en un cuaderno llenos de escritos, que ahí no faltaba nada, ni el dueño de el lugar de la esquina de la mesa, ni el dueño de la casa, ni de nada. Ahí estaba, tranquilo, con su silencio inmortal, con sus ojos verdes que parecen estar acá, con sus pasos largos y definidos, siempre con su seguridad y su fuerza como la de un .. La que te imagines más fuerte, esa era su fuerza.                 
                             Y hoy, con un viento infernal, y una tristeza que parece no querer irse, te extraño.

1 comentario:

  1. desde un lugar seguramente esta leyendo viendo y probando tu comida


    jajaj es muy lindo lo que le escribiste a tu abuelo

    un besote bailarina

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